PEINANDO ALMAS La inercia en tu salón Todas las mañanas abrís tu negocio, se encienden las luces, la computadora, llegan tus colaboradores, por lo general, retrasados, y con el primer cliente que llega al salón, empieza tu día laboral. Por supuesto, lo atendés de la mejor manera posible, pero cuan consciente estás en ese momento? CERO. Es absoluta inercia. Lo saludas , lo invitas a tomar asiento, le preguntás su nombre, qué servicio quiere realizarse y demás, pero es todo automático. Todo en tu salón es automático. Hacemos todos los días las mismas cosas y por lo general y si tu negocio funciona medianamente bien, jamás te cuestionás qué cosas se podrían mejorar. La innovación no es para todo el mundo, al menos, no lo es para aquellos que no se cuestionan de qué otro modo pueden hacerse las cosas. Pero cuál es la verdadera ventaja estratégica de cuestionarse, si todo funciona bien? Pues que una vez que una empresa innova, se diferencia del resto. La innovación operacional
Un salón de belleza no es sólo un negocio, como tampoco su gente es sólo un grupo de profesionales trabajando. Un salón de belleza es un pequeño lugar en el mundo, donde nuestros clientes se encuentran a sí mismos frente al espejo y ahí estamos nosotros, un equipo con competencias y capacidades para crear ese mundo.