En Peinando Almas tenemos el hábito de hacernos preguntas. De ahí nació nuestro emprendimiento. Y la pregunta nueva que nos hicimos es por qué a las personas les da felicidad ir a la peluquería? Qué sienten? Qué viven? Indagamos entre nuestros clientes habituales y descubrimos que más allá de verse y sentirse bien con uno mismo (primer respuesta automática) había algo más profundo que verse bien en el espejo. Usando nuestras habilidades de coaching (preguntas poderosas) fuimos aún más allá y llegamos al ser de la cuestión. Es obvio que cuánto mejor uno se ve mejor se siente, pero la particularidad que tenemos los coaches es no dar nada por obvio. Descubrimos que para ellos es difícil de poner en palabras, pero la percepción es que cuando uno se ve bien aumenta la confianza y la seguridad en sí mismo , lo que podría interpretarse como un miedo inconsciente actuando como motor. Miedo a no ser aceptado, miedo a envejecer, a no encajar, a la soledad, miedo a la
Un salón de belleza no es sólo un negocio, como tampoco su gente es sólo un grupo de profesionales trabajando. Un salón de belleza es un pequeño lugar en el mundo, donde nuestros clientes se encuentran a sí mismos frente al espejo y ahí estamos nosotros, un equipo con competencias y capacidades para crear ese mundo.