En la prehistoria, el cabello era considerado un elemento mágico o ceremonial. En muchas culturas primitivas consideran que el alma de cada persona se encuentra en su cabello. Para nuestra cultura ésto sería algo impensable pero de lo que no hay dudas es de que nuestro cabello habla y puede decirnos mucho de nuestros clientes y de su alma, de sus emociones, de sus estados de ánimo. PEINAR ALMAS significa, trascender lo estético. Significa, bucear en el alma del cliente, estudiar su corporalidad, leer sus gestos, empatizar con su emoción, tocar su punto sensible y de ahí encontrar nuestra inspiración para ofrecer nuestro arte y sacar su mejor versión. Para que éste momento mágico suceda deben darse varios factores pero sin duda el más importante es AMAR LO QUE HACEMOS . Si eso va acompañado de habilidades y competencias conversacionales, así como también, las capacidades de ser emocional y socialmente inteligente y tener una escucha capaz de interpretar lo que dice y no dice el c
En Peinando Almas tenemos el hábito de hacernos preguntas. De ahí nació nuestro emprendimiento. Y la pregunta nueva que nos hicimos es por qué a las personas les da felicidad ir a la peluquería? Qué sienten? Qué viven? Indagamos entre nuestros clientes habituales y descubrimos que más allá de verse y sentirse bien con uno mismo (primer respuesta automática) había algo más profundo que verse bien en el espejo. Usando nuestras habilidades de coaching (preguntas poderosas) fuimos aún más allá y llegamos al ser de la cuestión. Es obvio que cuánto mejor uno se ve mejor se siente, pero la particularidad que tenemos los coaches es no dar nada por obvio. Descubrimos que para ellos es difícil de poner en palabras, pero la percepción es que cuando uno se ve bien aumenta la confianza y la seguridad en sí mismo , lo que podría interpretarse como un miedo inconsciente actuando como motor. Miedo a no ser aceptado, miedo a envejecer, a no encajar, a la soledad, miedo a la