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Qué significa peinar almas?

En la prehistoria, el cabello era considerado un elemento mágico o ceremonial. En muchas culturas primitivas consideran que el alma de cada persona se encuentra en su cabello. Para nuestra cultura ésto sería algo impensable pero de lo que no hay dudas es de que nuestro cabello habla y puede decirnos mucho de nuestros clientes y de su alma, de sus emociones, de sus estados de ánimo. PEINAR ALMAS significa, trascender lo estético. Significa, bucear en el alma del cliente, estudiar su corporalidad, leer sus gestos, empatizar con su emoción, tocar su punto sensible y de ahí encontrar nuestra inspiración para ofrecer nuestro arte y sacar su mejor versión. Para que éste momento mágico suceda deben darse varios factores pero sin duda el más importante es AMAR LO QUE HACEMOS . Si eso va acompañado de habilidades y competencias conversacionales, así como también,  las capacidades de ser emocional y socialmente inteligente y tener una escucha capaz de interpretar lo que dice y no dice el c
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En Peinando Almas tenemos el hábito de hacernos preguntas. De ahí nació nuestro emprendimiento. Y la pregunta nueva que nos hicimos es por qué a las personas les da felicidad ir a la peluquería? Qué sienten? Qué viven? Indagamos entre nuestros clientes habituales y descubrimos que más allá de verse y sentirse bien con uno mismo (primer respuesta automática) había   algo más profundo que verse bien en el espejo. Usando nuestras habilidades de coaching (preguntas poderosas) fuimos aún más allá   y llegamos al ser de la cuestión.   Es obvio que cuánto mejor uno se ve mejor se siente, pero la particularidad que tenemos los coaches es no dar nada por obvio. Descubrimos que para ellos es difícil de poner en palabras, pero la percepción es que cuando uno se ve bien aumenta la confianza y la seguridad en sí   mismo , lo que podría interpretarse como un miedo inconsciente actuando como motor.   Miedo a no ser aceptado, miedo a envejecer, a no encajar, a la soledad, miedo a la

Una nueva experiencia para el cliente

En mis inicios como estilista me daban largas charlas de cómo se debía atender a un cliente y en cierto nivel inconsciente todos los sabemos. Con un poco de criterio sabemos, que, como clientes, nos gusta que nos traten bien, que nos hagan sentir especiales, que nos den un servicio o producto de calidad a buen precio y sobre todo que nos escuchen. Ahora bien, eso es todo? En éstos tiempos que vivimos, nos venden de todo cada tres segundos. por la televisión, por las redes, por correo, etc Los seres humanos estamos hartos de que nos vendan cosas! Queremos atención, queremos ser escuchados, buscamos afecto. Queremos todas esas cosas que no se pueden comprar! Y lo mismo les pasa a nuestros clientes en el salón. Una mujer o un hombre que entra a tu salón en busca de mejorar su imagen, lo hace porque eso le dará la posibilidad de conseguir al amor de su vida, o de encontrar en esa entrevista el trabajo que le dará el mejor futuro a su familia, o está por casarse para toda la vida, o

MIOPÍA ORGANIZACIONAL

                                      MIOPÍA ORGANIZACIONAL Una persona con miopía tiene dificultades para enfocar bien los objetos lejanos, lo que provoca déficit de agudeza visual y puede conducir también a, dolores de cabeza, estrabismo, incomodidad visual e irritación del ojo. En las empresas sucede algo parecido.  La miopía organizacional es la incapacidad de ver a largo plazo el futuro de tu negocio. Solemos ocuparnos de los problemas cotidianos y enfocar toda nuestra energía en ésto; y dejamos de pensar en los temas estratégicos de nuestro salón. Es la falta de capacidad para reconocer los cambios en el entorno con anticipación; y es ahí, cuando todo lo que con tanto esfuerzo construímos, nuestro imperio empieza a derrumbarse, casi sin darnos cuenta. Cuáles son los síntomas ?   PÉRDIDA DE CLIENTES REDUCCIÓN EN LA RENTABILIDAD ROTACIÓN DE PERSONAL MAL CLIMA LABORAL FALTA DE MOTIVACIÓN GRUPAL FALTA DE COMUNICACIÓN COORDINACIÓN DE ACCIONES DEFICIENTE Y po
PEINANDO ALMAS La inercia en tu salón Todas las mañanas abrís tu negocio, se encienden las luces, la computadora, llegan tus colaboradores, por lo general, retrasados, y con el primer cliente que llega al salón, empieza tu día laboral. Por supuesto, lo atendés de la mejor manera posible, pero cuan consciente estás en ese momento? CERO.  Es absoluta inercia. Lo saludas , lo invitas a tomar asiento, le preguntás su nombre, qué servicio quiere realizarse y demás, pero es todo automático. Todo en tu salón es automático. Hacemos todos los días las mismas cosas y por lo general y si tu negocio funciona medianamente bien, jamás te cuestionás qué cosas se podrían mejorar.  La innovación no es para todo el mundo, al menos, no lo es para aquellos que no se cuestionan de qué otro modo pueden hacerse las cosas. Pero cuál es la verdadera ventaja estratégica de cuestionarse, si todo funciona bien? Pues que una vez que una empresa  innova, se diferencia del resto. La innovación operacional
CUÁNTO VALE TU PALABRA?   ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE “EL VALOR DE LA PALABRA”? Hay personas que van por la vida haciendo promesas que ni siquiera saben si las pueden cumplir, o lo que es peor, sabiendo que no van hacerlo. Quizás tengan muchas dificultades para expresar un” NO”, o un “TE AVISO”, o un “SI PUEDO, CON MUCHO GUSTO”. Hay tantas maneras de ser cortés, que para los que sí tenemos palabra es tan difícil lidiar con estas situaciones que se nos dificulta entender este tipo de actitudes. Claro que éstas, son situaciones menores. Hay otras en las que la falta de palabra provoca ruptura de relaciones que no tienen reparo alguno. Cuando hablo de valor, hablo del valor intrínseco que tiene la palabra. Del valor puramente moral. Para algunos el acto de hablar significa emitir sonidos con la boca, y ésto a simple vista, si quisiéramos darle un valor diferente, podríamos decir que es gratis, pero tampoco lo es. Prometer cosas que después no podemos cumplir; es caro. Cua
Peinando almas Todo comenzó hace 14 años atrás, cuando elegí ser estilista. Con mente de principiante y actitud de eterna aprendiz realicé cuanto curso había para perfeccionarme. Participaba de concursos, ganaba copas y medallas y para entonces, mi ego se encontraba satisfecho. Sin embargo, no fue suficiente. Con el paso de los años la vida me mostraba que ese no era el camino. Descubrí que cuando uno deja de mirarse a sí mismo y observa a su alrededor,  se abren mundos; y así un mundo nuevo se abrió ante mis ojos. Cada persona que llegaba a mi buscando verse diferente  me confiaba sus historias de vida, sus angustias y alegrías. De pronto, en un día de plena conciencia, me descubrí PEINANDO ALMAS, TIÑENDO EMOCIONES, CORTANDO BAJONES, MAQUILLANDO SONRISAS, TRENZANDO ILUSIONES  y apareció mi magia. Decidí formarme como coach ontológico para acompañar a las personas, no solamente desde lo estético, sino también desde lo ontológico.  ¿Y adivinen que?  ¡Si! otro mundo